Según la leyenda rural chapinguera, Perseo (https://es.wikipedia.org/wiki/Perseo) está acompañado de Aquiles (https://es.wikipedia.org/wiki/Aquiles), quienes comentan lo que las Circasianas susurran sobre la llegada del Otoño a Chapingo y la inevitable caída de las hojas de parra.
Contemporáneos, mitológicamente hablando, podría ser aquél.
Sin embargo, el de la estatua se parece más a imágenes u otras representaciones de “Ares” (https://es.wikipedia.org/wiki/Ares), Dios Romano de la Guerra, del que seguramente fue admirador el general Manuel González Flores (1833-1893), dueño de la otrora hacienda de Chapingo.
Ambos guerreros mitológicos; sólo que uno hombre y el otro Dios, menuda diferencia.
El Ares griego fue Marte, Dios de la guerra de los romanos, por lo que me inclino más por éste último, sin restar méritos al famoso del talón (tendinitis Aquilea), quién al final dejó huir a la deseada Elena, encarnación de la fatalidad.
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